A pesar de la gran crisis provocada por la pandemia mundial del coronavirus, el trabajo no se detiene. Con las máximas precauciones posibles, con el máximo distanciamiento social posible, se ha realizado un reparto de ayuda humanitaria de emergencia en distintos campos de refugiados en el valle de Bekaa (Libano), alcanzando a 368 familias sirias desplazadas por la guerra, y que continúan en la frontera desde hace mas de 6 años.
El reparto ha consistido principalmente en alimentos y gasoil para calefacción y ha sido posible gracias a la colaboración de la Diputación Provincial de Zaragoza. La precaria situación de los campos, instalados en zonas montañosas, hace que invierno sea especialmente duro, sobretodo debido a las malas condiciones de las tiendas de campaña, realizadas con lonas de plástico que no aíslan. Por ello, en las tiendas tienen estufas de gasoil para mitigar el frío del exterior.
La situación de crisis mundial, no puede hacernos olvidar, que mas de 60 millones de personas en el planeta están desplazadas de sus hogares por diferentes motivos y que van a seguir necesitando de la solidaridad internacional ahora mas que nunca. Ademas, estas personas no tienen los medios suficientes para la higiene necesaria para luchar contra el coronavirus.
La preocupación de organismos internacionales y de ONG, vienen dada por la precaria situación de los sistemas de salud y de prevención en los lugares mas pobres del planeta, hace que, o pensamos una solución global y coordinada a esta situación, o sera imposible controlar la pandemia.